EL CHAMPAGNE Y EL COLOR DE RUSIA.
Los aportes de las mujeres al champagne
El color de las casas de San Petersburgo a principios del siglo XIX inspiró el color de las etiquetas del champagne de la viuda -la veuve– de Clicquot, llamada Nicole Barbe Ponsardin.
En 1811 pone a la venta 110.000 botellas de ese vino espumoso, que era muy diferente del champagne actual porque era sometido a un proceso de decantación y remoción de restos después de colocado en una mesa o pupitre ” de remuage” y sometido a un proceso que ella inventó para que al inclinarlo, la botella y girarla el sedimento precipitara y saliera para hacerlo más claro sin perder el burbujeo, (algo que resulta hoy curioso, es que el burbujeo era considerado negativo y se trataba de evitar a veces sin éxito) porque hasta ese momento era turbio. 25.000 de esas botellas estaban destinadas a entrar de contrabando al mercado ruso y después de ser usado en una boda de la monarquía se adoptó como bebida oficial de esa corte. Por esa época lanza el “Vino del Cometa” porque coincidiendo con el paso de un cometa la cosecha es excelente (marketing novedoso porque hay que imaginarse un mundo donde los medios se limitaban a la prensa escrita).
También adopta un lema comercial que difunde: “sólo una calidad, la primerísima”.
Pese al bloqueo impuesto por Bonaparte manda 10.550 botellas a San Petersburgo y ese vino de Champagne es el que todos quieren consumir (el boca a boca era la única publicidad utilizada).
En 1814 el mundo sacudido por las guerras napoleónicas era muy diferente, también los productos, la forma de producir, las comunicaciones, la publicidad y el mercado.
Este artículo es también un reconocimiento al “empoderamiento” de una “Grande Dame” que no necesitó de decretos para ocupar un lugar ni aportar todo lo que aportó.
Embajador Dr. Luis Sica Bergara
(Agosto, 2004)